Soy consciente de que me estoy metiendo en un jardín, al afirmar la existencia del mareo de origen cervical. Pero estoy decidido a hacerlo, argumentando su existencia. Comenzaremos con ajustes semánticos para definir los términos ajustados para describir este trastorno del equilibrio. El término mareo no es apropiado en medicina, no describe el trastorno en sí. Aunque signifique malestar, nauseas y aturdimiento, no incluye el desequilibrio que tratamos de esclarecer. Sin embargo es exactamente lo que manifiestan los pacientes cuando comentan sus síntomas. Más apropiado es el término vértigo, definido por la RAE como trastorno del sentido del equilibrio, caracterizado por una sensación de movimiento rotatorio del cuerpo o de los objetos que lo rodean. Definición exacta de una crisis de vértigo laberíntico acompañado de un nistagmo horizontal. ¿Pero cómo podríamos nombrar esa pérdida del equilibrio, con sensación de pisar suelo blando o móvil? Esta sensación es parecida a la intoxicación etílica leve o bipedestar en un barco. Inestabilidad sería el término más apropiado a este trastorno. Para mitigar el vértigo debes cerrar los ojos, y permanecer muy quieto, para evitar que el efecto rotatorio del nistagmo, y nuevos estímulos laberínticos lo refuercen. La inestabilidad disminuye fijando la vista en un punto concreto, puesto que no tiene nistagmo. Es obvio que el vértigo no se produce por alteraciones leves y pasajeras en la columna cervical, siempre va ligada a los trastornos bastante frecuentes de los órganos del equilibrio adjuntos al oído interno, o aún peor a lesiones cerebelosas. El mareo de origen cervical es una inestabilidad relativamente leve, que permite continuar en bipedestación.
El equilibrio corporal es un sentido más del organismo, aunque no se le denomine así. Tiene orgánulos receptores (presorreceptores de tendones y músculos, receptores de movilidad articular, receptores en los canales semicirculares del oído interno, del utrículo y del sáculo) tiene vías medulares ascendentes propias (espinocerebelosas) tiene órgano de elaboración, que analiza las aferencias y elabora eferencias (el cerebelo) y estas eferencias mediatizadas por el sistema reticular del tronco del encéfalo y de la médula espinal van a realizar las modificaciones de tensión muscular necesarias para mantener el cuerpo en equilibrio. Para realizar con eficacia este cometido el cerebelo ha tenido que aprender por el método ensayo/error: de pequeños a mantener las posturas de sedestación, cuadripestación y bipedestación, de mayores a montar en bicicleta, piragua, patinar, saltar aparatos o en la cuerda floja, donde estoy de momento.
Vayamos ahora a argumentar el origen de la inestabilidad cervical. Sabemos por fisiología básica que la musculatura y los tendones de la columna cervical y especialmente los músculos de la nuca están ricamente inervados por presorreceptores. No podía ser de otra manera, pues la posición de la cabeza en el espacio es una información crucial para el mantenimiento del equilibrio y el movimiento corporal. Pero ocurre que cuando tenemos una contractura cervical intensa, los presorreceptores multiplican sus estímulos aferentes, creando “ruido” en el sistema de control cerebeloso, como cuando un micrófono se acopla y trastorna el sonido, o cuando en un sistema de video se producen interferencias por exceso de “imput” Ese incremento aferencial es el que produce el leve trastorno de la estabilidad, que el cerebelo mitiga rápidamente con ayuda de la vista y de los órganos del equilibrio del oído interno. Por ese motivo el trastorno es pasajero. No obstante la levedad, el paciente lo percibe con ansiedad, y temor por la sensación amenazante de se va a caer, o estrellarse con el coche en cualquier momento. Disminuyendo la contractura cervical disminuye la intensidad del “mareo”. Por otra parte, el vértigo producido al mirar hacia arriba extendiendo el cuello en personas de cierta edad, no está producido por el estrechamiento de las arterias vertebrales comprimidas por osteofitos degenerativos, como algunos colegas creen. Si una arteria vertebral disminuye su caudal por un osteofito, cosa que sucede a menudo en cervicoartrosis, la pérdida del flujo sanguíneo se compensa unos centímetros más arriba del cuello en la unión de ambas arterias vertebrales para conformar la arteria basilar. Si falla el flujo sanguíneo de ambas arterias vertebrales o de la arteria basilar, se produce una isquemia del tronco cerebral, que desde luego no se manifiesta sólo con un vértigo, tendría otros síntomas neurológicos añadidos, Lo que sí ocurre cuando miramos hacia arriba, nos acostamos en decúbito supino, o ponemos la cabeza boca abajo es el estímulo laberíntico, que afectado por déficit vascular, o vértigo paroxístico benigno, puede desencadenar una crisis vértigo genuino, con su cortejo de nistagmo, nauseas, vómitos y zumbido de oídos. La rehabilitación vestibular se realiza para desensibilizar a los pacientes con vértigo paroxístico benigno, conbuenos resultados. Esta es mi reflexión sobre el fenómeno del mareo/inestabilidad coincidente con contracturas cervicales intensas, que disminuyen cuando se relaja la musculatura, y otros trastornos del vértigo Otro día comentaré la contractura cervical anterior y los trastornos que origina.