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Los reflejos nerviosos

 

Son movimientos automáticos que protegen el organismo de agresiones externas. Se han generado y transmitido genéticamente a lo largo de la evolución de nuestra especie. En nuestro nivel evolutivo actual los reflejos se sitúan a nivel subcortical, es decir se activan sin control consciente. Para su conocimiento es mejor sistematizarlo de dos maneras: Según el origen de la detección, y según el grado de elaboración (es decir el número de niveles neurológicos implicados en la respuesta)

Reflejos cutáneos

También llamados esteroceptivos. Son los reflejos que se detectan por los receptores cutáneos de tacto y dolor. Otros receptores cutáneos no desencadenan respuestas reflejas.

  • Abdominal: Al estimular suavemente los receptores tacto en el abdomen con una aguja, se contrae la musculatura abdominal. Es un reflejo simple de nivel medular.
  • Cremastérico: Al estimular la zona cutánea superior e interna del muslo, se produce la contracción del músculo cremaster. Es un reflejo simple del nivel medular.
  • Del pulgar del pie: Al estimular la planta del pie con cierta rudeza, los dedos del pie se flexionan, como respuesta normal. La respuesta con el dedo en extensión y apertura del resto de los dedos en abanico es signo de lesión de la vía motora piramidal. Este reflejo se denomina de Babinski, que fue el neurólogo polaco que lo describió. La respuesta se origina en varios niveles medulares.
  • Retirada: Al estimular los nociceptores la zona afectada trata de alejarse del estímulo. Son más simples en miembros superiores e inferiores, y más complejos si la respuesta es mover todo el cuerpo, pues implica a mayor número de metámeras medulares, tronco del encéfalo y cerebelo.
  • Succión: Al estimular los receptores de tacto en la comisura de la boca, el recién nacido gira y mueve la cabeza, abre la boca buscando el pezón. Este es un reflejo complejo cuya respuesta es medular y del tronco del encéfalo, pues el movimiento se desarrolla en trapecios, esternocleidomastoideos, elevador del labio superior, depresor del labio inferior. En este caso no es respuesta a agresión, sino necesidad de supervivencia.

Reflejos miotáticos directo e inverso

También llamados propioceptivos, osteotendinosos o de estiramiento. Se producen al distender el músculo golpeando suavemente el tendón con el martillo de reflejos. Ante esta distensión no prevista el músculo estimulado se contrae, y se relaja el oponente (inervación cruzada o recíproca) En ocasiones se desencadenan al golpear con el martillo el periostio cercano. Los reflejos miotáticos son: Bicipital, tricipital, cubito-pronador, estiloradial, rotuliano, aquileo, naso palpebral, superciliar y medio pubiano. Cada reflejo se corresponde con un nivel metamérico al que llega la aferencia sensitiva y genera la respuesta motora agonista, la relajación motora antagonista y la reactivación del huso muscular que se ha activado. El reflejo miotático inverso se produce ante una tensión excesiva del tendón, respondiendo con la relajación completa del músculo.

Reflejo foto motor

Ante una iluminación intensa, el ojo protege a la retina contrayendo el iris y cerrando la pupila.

Reflejos posicionales

Estos reflejos se desencadenan con determinadas posiciones del cuerpo a lo largo de la maduración del sistema nervioso del recién nacido. Algunos están presentes desde el nacimiento, y van desapareciendo con la maduración. Estos reflejos se denominan arcaicos o mejor sería denominarlos ancestrales. Otros se desarrollan durante la maduración y nos protegen toda la vida. Ancestrales porque nacemos con ellos, y parecen provenir de la forma de vida de nuestros ancestros primates. Agarre palmar y plantar para agarrarnos a los pelos de la espalda de la madre, marcha automática para caminar raudos en caso de necesidad, y Moro si nos caemos. Aquellos ancestros que no tenían estos reflejos, fallecieron en caídas, al soltarse de la madre, o comido por un depredador. Y no pudieron transmitir su código genético.

  • De enderezamiento

Al posicionar al niño en decúbito dorsal, ventral e incluso en algunos ángulos, trata de mantener la cabeza en el plano horizontal. Y el cuerpo alineado cuando es sostenido en el aire.

  • Marcha automática

Este es un reflejo ancestral. Se desencadena al colocar al recién nacido vertical rozando una superficie plana, e ir inclinando sucesivamente hacia un lado y el otro. Aparecerán unos movimientos burdos y estereotipados que imitan a la marcha. Con elevación del miembro inferior contrario del lado al que se inclina, con triple flexión del mismo, en un claro movimiento sinérgico flexor, y la triple extensión del miembro inferior del lado hacia el que se inclina, semejante a una sinergia extensora completa. Este reflejo desaparecerá alrededor de unas diez semanas.

  • De natación

Este es otro reflejo ancestral. Al sumergir un recién nacido en el agua inicia unos movimientos con los brazos y las piernas imitando nadar. Así mismo evita respirar debajo del agua.

  • De Moro

Este es otro reflejo ancestral. Si dejamos caer de espaldas bruscamente la parte superior del cuerpo hacia la camilla de exploración, se desencadena un movimiento de abrazo con brazos y piernas, como para agarrarse a algo.

  • De agarre palmar y plantar

Este es otro reflejo ancestral. Cuando se estimula la palma de la mano o la planta del pie se desencadena un movimiento de prensión. Este reflejo no es posicional, sino de estimulación cutánea al principio, y más tarde pasa a ser de estímulo propioceptivo (la presa se cierra más fuerte si tiras de ella para librarte) Lo sitúo en este capítulo para poner todos los reflejos ancestrales juntos.

  • Paracaídas

Al desequilibrar el niño hacia abajo, hacia los lados o hacia delante, coloca los brazos o las piernas de manera que pueda protegerse del golpe.

  • De equilibrio

Se van adquiriendo conforme avanza el desarrollo madurativo, y consisten en mantener el cuerpo dentro de nuestro centro de gravedad, tanto en decúbito (arqueándolo cuando se le bascula) como sentado, arrodillado y de pie (equilibrando su postura)

Reflejos patológicos

No añado nada a esta exhaustiva y completa publicación de 2018: Reflejos patológicos. www.elsevier.es/neurolarg de Rocío Gordo y colaboradores. n e u r o l a r g . 2 0 1 8;1 0(3):147–154