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El pianista

En el descanso del Atlético-Real Madrid me puse a zapear y encontré la película de Roman Polanski “El pianista” Cuando la vi por primera vez, me pareció un peliculón. Pero el descanso del partido coincidió con la escena más emocionante de la película: Un famélico, hambriento, demacrado y sucio Adrian Brody busca desesperadamente comida en una casa semiderruida. Tras mucho esfuerzo encuentra una lata grande de pepinillos en conserva. Al intentar abrirla se le cae derramando el líquido de la lata, que tras rodar queda a los pies de un oficial alemán. Adrian Brody queda paralizado, sabe que lo han descubierto. El oficial le pregunta que hace allí; él responde que abrir la lata. El oficial impasible vuelve a preguntarle en que trabaja; él asustado dice que es pianista. El oficial le dice que lo siga. En la habitación de al lado hay un piano. El oficial le dice: “Toca algo” Él se sienta ante el piano, se mira las manos, se encuentra hambriento, sucio y famélico, pero comienza una pieza musical. La pieza en cuestión es la balada de Chopin, a los dos minutos el oficial sabe que es pianista, y a los cuatro minutos se da cuenta de que es un gran pianista, pues la balada se va complicando en su ejecución. El oficial sigue impasible hasta que termina la pieza musical. Tras la audición ya ha decidido ayudarle, traerle comida y ocultar su ubicación. Estaba ante Vladyslaw Szpilman, que sobrevivió a la ocupación alemana de Varsovia. Una gran película.