En estos días estamos asistiendo a la locura de la celebración de Halloween. En este país lo celebran sobre todo los niños, algunos adolescentes, a los que les va la marcha, y pocos adultos que nunca dejaron de ser niños. Los que están en contra lo tienen muy complicado: a los niños les gusta, y son los reyes de las familias de este siglo; y quién puede resistirse a un carnaval temático entre las vacaciones de verano y la navidad, con fiestas por doquier y disfraces para pequeños y no tanto.
En España se celebraba el día de los difuntos con mucha solemnidad. Ahora esa celebración ha perdido adeptos, pero aún se nota sobre todo en las zonas rurales, en las que en estos días se acercan al cementerio muchas personas con utensilios de limpieza y pintura para adecentar los nichos y las tumbas. Del mismo modo se preparan dulces especiales para estos días, como los huesos de santo, panellets, y otras golosinas. Por otra parte en estos días se venden en España el 40% de toda la flor cortada que producimos. Yo recuerdo haber ido con mi madre a poner flores en la tumba de mis abuelos. Esta costumbre no es nueva, lleva siglos de evolución. Cuando era pequeño se reponía en los teatros, aún se hace, y en la televisión el drama Don Juan Tenorio de José Rojas Zorrilla, donde el tercer acto sucede en un cementerio, y los fantasmas cumplen sus amenazas. Unas décadas antes, W.A. Mozart escribió la ópera Don Giovanni, con el mismo tema, ambientado en Sevilla, y el terrorífico fantasma del comendador apareciendo al final.
Es posible que reformistas de la religión católica hayan soslayado esta celebración de todos los santos y de los fieles difuntos, aunque los fieles tendríamos que ser los vivos, no lo difuntos. Sin embargo nosotros al trasladar nuestra cultura, idioma, religión, y costumbres, a América, trasladamos el recuerdo a los difuntos tras el día de todos los santos. Esta celebración coincidió con la tradición de los mexicanos por honrar a sus difuntos y las calaveras, y surgió el sincretismo de la celebración mexicana de estos días, con catrinas, altares domiciliarios con retratos, objetos, golosinas y el dulce “pan de muertos”
Más de la mitad del territorio mexicano fue usurpado por los Estados Unidos de América del Norte, por la fuerza, como ahora Rusia se apodera y usurpa parte del territorio de Ucrania. En esa zona se seguía celebrando el día de los difuntos, con dulces y esqueletos. Pero se impuso la fiesta pagana celta de halloween por tener mayor atractivo para los niños. Disfraces terroríficos, truco o trato, golosinas…
De la misma manera se ha impuesto Santa Claus en la navidad, por la atractiva simbología y adelantar dos semanas los esperados regalos. El “black friday” se ha impuesto también por intereses de consumidores y comerciantes. Costumbres extranjeras imparables, con las que se pueden convivir.