A finales de los años ochenta, cuando llevaba dos o tres años en el entonces llamado Hospital Médico-Quirúrgico Virgen de Valme en Sevilla, mi amigo y compañero Pablo me puso en contacto con esté magnífico libro del Profesor Salvador Hernández Conesa, y su sistema de exploración del aparato locomotor.
El personaje
“El Dr. Hernández Conesa (1930-1994) introductor y principal impulsor de la Medicina Ortopédica en España, fundó la SEMO (primera Sociedad Española de Medicina Ortopédica) en 1974. Fue el primer Jefe del Servicio de Rehabilitación de la Ciudad Sanitaria “Virgen de la Arreixaca” de Murcia, Miembro de la Real Academia Nacional de Medicina y de la Sociedad Española de Médicos Escritores así como de numerosas Sociedades Médicas Nacionales y extranjeras. Maestro excepcional y persona excelente, se distinguió sobre todo por introducir por primera vez los procedimientos de la Medicina Ortopédica en un Hospital de la Medicina Pública en nuestro país y por difundir e impulsar sus enseñanzas a los médicos y fisioterapeutas españoles y a muchos otros de habla hispana a través de Cursos anuales impartidos en Murcia y en Madrid, así como también Jornadas Monográficas en diferentes puntos de España y reuniones internacionales sobre Patología de la Columna Vertebral de carácter bianual en Murcia, sin otros medios para ello que su enorme capacidad de trabajo, su dedicación desinteresada y la ayuda de algunos compañeros y de algunas instituciones de su región y su ciudad, mientras las fuerzas le acompañaron.” Dice su panegírico en una página web. Pero ¿Por qué este personaje había sido desconocido para mí? La razón que creo más probable es que yo me había formado en un servicio de la estela de Roberto Pastrana, que había elegido la medicina ortopédica y manual desarrollada por el Profesor Roberto Maigne. Esta discrepancia, unida al prestigio de Pastrana en gran parte de España, había eclipsado para mí a este gran rehabilitador. Hospitales de Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Valencia, Badajoz, Zamora…eran feudos suyos o muy favorables.
La exploración del aparato locomotor
Cuando comprendí el sistema de exploración basado en la existencia o no de un patrón capsular, usando la tensión selectiva, se clarificaron muchos aspectos, que hasta entonces me desconcertaban de algunos pacientes. No es que yo siga a rajatabla lo que Hernández Conesa preconizaba. Como buen creador de un sistema, resultaba minucioso en sus exploraciones. Él mismo dice que precisaba de 25 a 30 minutos para una completa y correcta exploración del aparato locomotor. Las consultas no estaban para esas excentricidades. Pero el patrón capsular o no, usando la tensión selectiva, lo asumí dentro de mi exploración habitual en el aparato locomotor, y me ha ayudado desde entonces. Cuando comprendes una lesión dolorosa puedes anticipar los resultados de los movimientos que restan por hacer, y decirle al paciente: “y esto es doloroso, sin embargo esto otro no lo es. Creando una sensación de profesionalidad, y generando una confianza del paciente muy útil en su evolución. Después de muchos años de detallar la exploración y a renglón seguido escribir el diagnóstico, unido a la presión asistencial, decidí ahorrarme la escritura de la exploración, y en su lugar añadir algunos detalles no incluidos en las características propias del diagnóstico que escribía a continuación. Así justificaba yo lo que una joven compañera heredera de mis pacientes, me comentó: Es que no detallas la exploración. Me faltó decirle: para mí está suficientemente claro, y puedo ir más deprisa.