La mayor parte de los dolores cervicales afectan a la región posterior del cuello. Son producidos generalmente por afecciones facetarias acompañadas o no por contractura muscular paravertebral posterior y de ambos trapecios. Pero en el caso de cervicalgias más intensas pueden afectarse también musculatura anterior a la columna vertebral, de la región anterior y lateral del cuello. En estos casos el cuadro suele percibirse por el paciente como de mayor gravedad, y aparecen síntomas no presentes en la cervicalgia posterior. En la cervicalgia anterior suelen afectarse los músculos escalenos y los supra e infra hioideos. Los escalenos al contracturarse comprimen las ramas del plexo braquial, que pasan entre ellos, produciendo síntomas pseudoradiculares, consistentes en parestesias y disestesias en ambos antebrazos y manos. En el caso de contracturas de los músculos peri hioideos, las sensaciones son de dificultad para tragar y de opresión en la garganta. La palpación dolorosa de dichas zonas nos pone en camino del diagnóstico. La maniobra de atirantamiento del plexo/raíces cervicales es positiva, igual que en una radiculopatía. Pero en el caso de una radiculopatía la palpación de ambos grupos musculares (paravertebral posterior y escalenos) no es tan dolorosa, ni se aprecian tan intensas las contracturas. Esta cervicalgia anterior es frecuente en cervicalgias postraumáticas y en casos de estrés y ansiedad intensa. En este último caso se suele acompañar de bruxismo, visión borrosa y zumbidos de oídos. La cervicalgia afecta con mayor asiduidad a determinadas profesiones, cuya actividad requiere de posiciones mantenidas del cuello en situación forzada durante horas; peluquería, esticistas, dentistas y sus auxiliares, carretilleros de almacén…